domingo, 22 de diciembre de 2019

Escenario

Maqueta de uno de los escenarios de la novela. La realización de este modelo no solo me sirve como referencia, también me ayuda a escapar un poco del dibujo, sin perder la concentración en el proyecto











¿Les gustaría perderse en este bosque?



Dentro de unos días quizás suba algo sobre una de las páginas trabajadas. 

jueves, 19 de diciembre de 2019

Un cuento que no es mío / Una planta que sí lo es

Este cuento fue escrito por la dibujante y entusiasta de cómics colombiana (entre muchas otras cosas), Estefanía Henao. Lo comparto porque me caló. Porque amo las plantas y me gusta el amor. Quizás porque ambas necesitan no solo del mismo compromiso sino del buen trato, del respeto, de hacerle un lugar en el hogar y en la vida,  para que ambas cosas tengan espacio de existencia, crecimiento y florecimiento. También porque me regalaron una ramita de suculenta que sembraré hoy. La ramita me la regaló Beatríz Cadavid, mí tía escritora; el cuento que comparto así mismo, tiene que ver con plantas. Plantas, cuentos, escritoras y cómics. Por donde lo analice, la llegada casi casual del cuento y de la rama a estos días se complementa con la creación de la novela gráfica que  empecé a dibujar hace unos días. Será la primera novela que publique y es la primera planta que siembro yo sola. Espero tanto hacerlo bien.



A favor: esta planta no es un Cactus de oficina (yo tampoco).

martes, 17 de diciembre de 2019

La primera piedra / Primera página / Primera entrada

Originalmente la frase de Primera Piedra nos remite a la realización de un proyecto arquitectónico nuevo o de gran envergadura, que suele registrarse en una ceremonia donde la colocación de una piedra, ladrillo o la manipulación de una pala de forma casi teatral por un grupo de personas, enmarca el escenario y el lugar para una obra o monumento futuros.
Me apropio de este símbolo para registrar en una de varias entradas que espero realizar durante el tiempo en el que dibujo la novela gráfica, para contarles que ayer 16 de diciembre de 2019 llevé a cabo en una ceremonia privada (dibujando en la cueva), la realización de una de las páginas finales de esta novela cuyo nombre no está del todo claro para el editor, más sí para mí, y que aún no relevo no solo por la prudencia de no contar con dicha certeza, sino por la sorpresa con la que espero estar manejando este proceso creativo. Esa sensación de sorpresa se debe principalmente a que la historia en la que trabajo imaginé estar dibujándola solo si llegaba a ganarme una beca o en un par de años. Por cosas de un editor inquieto más que por cosas de lo que llamamos destino, la novela gráfica en la que desde hace unos meses compromete mi tiempo y energía, que consumirá ambos factores aún más con el transcurrir de un par de meses; será posible leerla en formato de libro el año que entra.
Volviendo al acto ceremonial de la colocación de la primera piedra, en estos eventos suele también guardarse la pala a modo de trofeo. ¿Qué cosa podré guardar yo para recordarlo: un lápiz o las acuarelas? Como tiendo a la exageración y al extremo, pienso que lo mejor será no complicarme tanto en estos detalles y recordarlo con esta entrada. Así pues, esta entrada del blog será la leyenda grabada en la pala y el primero de una serie de artículos en los que reflexionaré sobre todo el proceso que hoy ha iniciado.

A partir de esta tonalidad nació la paleta para el inicio de la historieta